Nos quitaron las palabras
mientras nos abrazábamos buscando un refugio
falso / impuesto
y destruíamos (por separado)
las estructuras equivocadas.
Palabras enormes o palabritas,
nos las quitaron.
Algunas fueron robadas.
Otras, horadado su contenido
/imposible utilizarlas.
Les cambiaron el sentido
y ya no se usan para nombrar
aquello por lo que nacieron.
Las palabras que son el reflejo
del mundo que pisamos,
la expresión -una más- de la realidad
que construimos
o que nos construyen
(no para nosotros sino a pesar nuestro)
nos han sido negadas.
Aquí estamos, entonces, en combate por recuperarlas.
10 septiembre 2009
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